En Internet, la privacidad completa no se puede garantizar y las redes sociales no son una excepción. A finales de año The Guardian tomaba nota de un curioso efecto de ello. Nuestra newsletter de la segunda quincena de febrero publicaba el artículo Aviso: los ataques a la privacidad pueden perjudicar seriamente la imagen de sus autores. En marzo, el NYT informaba sobre los riesgos para la privacidad que supuso un problema que afectó a Google.
Ante la escalada de este tipo de problemas proliferan las denuncias y alarmas de los foros y organizaciones especializadas, pero cuando se trata de las redes sociales y sus repercusiones en la reputación digital de los profesionales suele recomendarse únicamente el uso de nombres supuestos o guardar el anonimato. Sin embargo, según el artículo Desenmascarando a los usuarios de las redes sociales, esta práctica tampoco garantiza la privacidad. Publicado en Technology Review, se hace eco de un reciente estudio de la Universidad de Texas según el cual resulta posible extraer información significativa de los miembros de las redes sociales utilizando las conexiones entre los usuarios aún cuando se han eliminado la mayoría de nombres, direcciones y otras formas de identificación personal. «Mediante una serie de pruebas realizadas en Flickr, la página para compartir fotos, y el servicio de micro blogs Twitter, los investigadores de Texas fueron capaces de identificar a un tercio de los usuarios que poseían cuentas en ambos sitios». Los algoritmos utilizados por los investigadores dieron un margen de error de sólo el 12%.
Otro artículo relacionado, publicado en la misma revista, Las redes sociales esconden la privacidad en el armario, divulga un trabajo que defiende la posibilidad de que exista «una razón económica tras la dificultad de encontrar y configurar los controles de privacidad en muchas redes sociales». Según el profesor de Cambridge Joseph Bonneau, uno de los autores del estudio, «para la red social, tú tienes más valor cuanta más información compartas en el sitio”. El estudio revela que «Bebo, LinkedIn y Gaia Online son las que poseen mejores prácticas de privacidad, y Badoo, CouchSurfing y MyLife las más débiles (…) y Facebook y MySpace se encuentran en la mitad del ranking». Como ejemplo de que otra práctica es posible, el citado profesor cita la red de negocios Xing, que encripta todas las interacciones. De todos modos, Bonneau no se hace muchas ilusiones: “una forma segura de utilizar la red es asumiendo que todo lo que publiquemos tarde o temprano se hará público”.
Fuente: PWC Center