Cada vez son más las web que incluyen elementos multimedia para enriquecer el contenido, sin embargo son pocos los casos en los que se cumplen los criterios de accesibilidad
«A grandes líneas, habría que conseguir una cadena de requisitos de accesibilidad, como incluir contenidos alternativos al recurso multimedia, universalizar los formatos lo más posible y que todos estos contenidos se incluyan en la web siguiendo los estándares», explicó la profesora Lourdes Moreno. Las investigadoras trabajan en la definición de un soporte metodológico desde el punto de vista de la ingeniería, proporcionando recomendaciones sobre cómo diseñar y desarrollar una aplicación web accesible.
La accesibilidad web sigue principios de diseño separando estructura, presentación y contenido, lo que hace que estos sitios sean más consistentes y que sea fácil administrar su contenido, lo que reduce los costes de mantenimiento, porque se convierten en aplicaciones escalables con facilidad para los rediseños y las ampliaciones de contenidos.
Asimismo, las páginas accesibles suelen ocupar una buena posición en los buscadores porque incorporan semántica en el código fuente. «Esta semántica que se incluye al seguir las pautas de accesibilidad coincide con la que los algoritmos de los buscadores como Google utilizan, lo que se traduce en un mayor número de visitas, además de cumplir la normativa en los casos marcados por la ley y no discriminar a ningún colectivo sensible de ser excluido en la sociedad de la información», apuntó Paloma Martínez.
“No hay que quedarse sólo con las pautas de las WCAG, porque es importante llegar hasta el final de la cadena de la accesibilidad y servir los contenidos de manera universal atendiendo a las necesidades de todos los usuarios», agregó la profesora Moreno.
Fuente: Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)